viernes, mayo 07, 2004

Ventanas, Ciclistas y Darwinismo Social



De mi ventana veo pasar ciclistas equipados para no romperse el cráneo (más bien para no ensuciar el pavimento en caso de accidente); detrás de ellos coches, veloces como sólo los europeos pueden hacer lucir a un chevy; más allá una pared graffiteada (común en todo el mundo) y al fondo nubes. Mientras tanto mi cabeza intenta una poco fructífera reflexión sobre la certeza del “darwinismo social”. Bueno, sobre su certeza no, más bien sobre su utilidad –práctica, ideológica, autocompasiva, legitimadora- y temo deprimirme. Es increíble la facilidad con que lo encuentro tan cerca de mí, a más de cien años de su formulación como política ‘justa’ y su aplicación práctica destructora.

[Afuera tú no existes, sólo adentro. Afuera no te cuido, sólo adentro]

¿Hay alternativas a la occidentalización corrosiva, aniquilante, inhumana, hipócrita? Quiero pensar que sí. ¿Existen formas alternativas de vida que no impliquen una visión teleológica, determinsta, de la existencia humana? ¿Es posible un verdadero respeto de la diversidad?